Tras un comienzo muy prometedor en el
que la investigación llevada a cabo por ingenieros y arquitectos españoles era
pionera a nivel internacional, el espíritu experimental en innovador quedó
paralizado principalmente por razones de índoles económico (mano de obra muy
barata).
Las
décadas cincuenta y sesenta vieron desarrollar en España excepcionales
ejemplos de construcción con prefabricados de hormigón, desde edificios de
audacia técnica hasta racionales propuestas de viviendas sociales.
Actualmente el panorama de la
construcción con prefabricados de hormigón es España es bastante pobre y, con
unas pocas excepciones, se limita a banales construcciones industriales. Pero
analizando de cerca los sistemas existentes, las posibilidades arquitectónicas
que ofrecen son lo suficientemente sugerentes como para provocar en interés de
los proyectistas y la consecuente rehabilitación de este sector.
La construcción con piezas
prefabricadas de hormigón se relacionan de una manera inmediata y natural con
las obras de ingeniería más cotidianas de nuestro mundo y sin embargo, a pesar
de un conocimiento muy prometedor, este sistema no se ha extendido de un modo
habitual en la construcción arquitectónica.
Moldeable.
El hormigón armado se concibió para su realización en obra, tras
ello se abrió la posibilidad del transporte de piezas de pequeña o gran
dimensión elaboradas previamente. Entender que el hormigón podía ser
transportado una vez fraguado permitía muchas posibilidades y una forma nueva
de entender este material. Se abría un nuevo campo en el concepto de ejecución
del hormigón, con las siguientes ventajas:
- Las condiciones climatológicas ya no condicionan su puesta en obra.
- La humedad y la temperatura únicamente afectan al proceso de ejecución y al desarrollarse éste en lugares protegidos pueden controlarse perfectamente.
- Los moldes se pueden colocar en la posición más cómoda para el vertido y aprovecharse más.
- El vibrado y desencofrado se puede controlar mejor y de la misma forma las características de la materia prima, el hormigón, pudiendo realizar nuevas formas de curado.
- La indiscutible mejora en la calidad tiene en su contra los problemas que pueda originar su transporte (dimensión y sistema para agarre de piezas).
- Disminución de los plazos de ejecución, el abaratamiento del proceso y los riesgos de deterioro.
- Incorporación de las nueva técnicas de pretensado y postensado, con la consecución de grandes luces con gran fiabilidad.
La diferencia entre el hormigón armado y el prefabricado está en
que en el primer caso se realiza la puesta en obra de un material amorfo y en
el segundo la de uno conformado, uno presenta las ventajas del monolitismo
mientras que el otro permite la manipulación, uno acepta la indeterminación
mientras que el otro exige la precisión.
La prefabricación consigue su rentabilidad y su desarrollo al hilo
de las grandes obras, su repetición masiva le permite constituirse en
la solución más ventajosa. Hoy en día la oferta
de prefabricados de hormigón vuelve a crecer de forma optimista y es
tal su variedad que permite realizar, casi en su totalidad, un edificio, sin
caer necesariamente en un arquitectura de catálogo.
Durable-Traccionable.
Para
el hombre la edificación es ese espacio comprendido entre dos planos paralelos:
suelo y techo. La sección de los elementos de la construcción requerida es lo
que llamamos un dintel. Una sección adintelada tiene una pieza de cerramiento
superior horizontal que ha de apoyarse en dos verticales.
Las
tensiones ocasionadas por la gravedad someten a las piezas verticales a
compresión, fáciles de absorber en los materiales pétreos. Las tensiones de la pieza
horizontal, es mucho más difícil de resolver, porque el esfuerzo de flexión origina
zonas traccionadas y los materiales de piedra son muy poco aptos.
Para
estas piezas estructurales, se utilizó la madera, que es putrescible, la estructura
duraba muy poco tiempo. El arco, la bóveda y la cúpula consiguen que las piezas
de piedra trabajen en gran parte a compresión, pero había que recurrir bastantes
tirantes de hierros para preservarlas.
El
siglo pasado encontramos un material durable-traccionable, el hormigón armado,
aunque con ciertas limitaciones. Este es un material que trabaja como piedra y
hierro, que absorbe bien los esfuerzos de tracción, aunque advirtiendo que si
bien la absorción de las tensiones las resuelve bien la armadura de hierro, el
hormigón también las recibe y, aunque no llega a notarse a simple vista, el
hormigón se microfisura.
Es
precisamente con el hormigón pretensado cuando se obtiene ¡al fin! el primer
material durable-traccionable, aunque sea a costa del
artificio de comprimir previamente, con más tensión, el material que, posteriormente,
al ponerlo en trabajo va necesitar de estiramiento.
Esta
técnica es excepcionalmente adecuada en la arquitectura, alcanzándose
estructuras de grandes luces con reducidísimos espesores. Sin embargo, es casi
desconocido por los arquitectos que se han obsesionado por repetir en
estructuras de grandes luces las redes tubulares de acero con arcos decimonónicos
de tres articulaciones, con la consiguiente pudrición futura o alto coste de
mantenimiento.
Tras
este periodo de elucubraciones extravagantes al servicio de la publicidad
capitalista, en la profesión del arquitecto y aparejador, el hormigón ocupa el
lugar que le corresponde en su forma prefabricada, con la posibilidad de unas
texturas y expresividad de gran belleza.
Edificación en altura.
El hormigón prefabricado es un material con una naturaleza bien
diferenciada del hormigón armado.
- Material producido en la industria en forma de elementos acabados.
La consecuencia de su forma de producción es elevar
considerablemente las magnitudes de todas sus características físicas
(resistencia mecánica, acabado de la superficie, adherencia, resistencia a la
corrosión, etc.) y acabar con el “nivel de incertidumbre” asociado al hormigón
armado, al introducir el control de calidad y la precisión propios de la
fabricación industrial.
- Material fabricado por moldeo, capaz de adoptar forma.
La principal limitación
la establecemos nosotros al trazar un límite a la “amortización” del molde.
Todo es posible pero no todo es razonable. Inevitablemente consideraremos toda
forma en hormigón prefabricado como un sistema de piezas repetitivas y v/o
variables a partir de un patrón.
- La construcción prefabricada es inseparable del pretensado.
Con él se supera la
principal limitación del hormigón armado (la fisuración), se da entrada a los
nuevos materiales (hormigones y aceros de alta resistencia), ampliándose
netamente sus posibilidades.
- Construcción discontinua.
Frente al hormigón
armado, una construcción prefabricada nunca será pieza única y la resolución de
sus uniones será determinante para el comportamiento del sistema.
- El problema de la unión, tradicionalmente dos técnicas.
La primera solución sería resolver cualquier montaje por simple
apoyo. La técnica del hormigón prefabricado quedaría así limitada a construcciones muy elementales,
incorporando un sistema de estabilización del tipo que sea, ya que en general
en nudo apoyo resulta en sistemas inestables.
Por otro lado el montaje se ha tratado de resolver a través de
uniones rígidas, procurando solidarizar piezas independientes. Se hace uso de
placas metálicas soldadas o de reservas de zonas sin hormigonar, en donde se
resuelve los solapes entre armaduras y se termina la junta con un hormigonado
en obra.
- Postensado como sistema de unión.
Si el pretensado abre un nuevo campo en el diseño de piezas, el
postensado permite concepciones absolutamente nuevas, al permitir construir
piezas continuas uniendo elementos prefabricados de menor tamaño, y aportando
nuevas concepciones en los procesos de ejecución y montaje.
- Su origen en la ingeniería civil.
La evolución de la técnica del prefabricado pertenece por derecho
propio a la ingeniería, especialmente a la historia del puente, que cuentan con
obras prefabricadas desde los años veinte. Claro ejemplo de su innovación
resulta el desarrollo de los sistemas de dovelas montados en voladizos.
El alcance de la técnica es impresionante. Por un lado, ha
permitido desarrollar un conjunto de soluciones tipo, fabricadas en serie, con
las que el puente en la autopista ha dejado de ser un problema excepcional. Por
otro lado, es capaz de enfrentar los más complejos problemas de trazado y
condiciones de ejecución.
- ¿Y la arquitectura?
La cuestión es analizar si realmente es una técnica que nos
permite resolver nuestros problemas, o más exactamente, resolver los tipos
arquitectónicos que demanda la sociedad contemporánea.
Se han desarrollado soluciones para los tipos arquitectónicos en
altura: el “edificio de bandejas”, que es en cierto sentido nuestro “problema
tipo”, como el salto sobre la autopista lo es para los ingenieros.
En este sentido hablamos de sistemas murales de prefabricación
para viviendas (piezas superficiales en muros y losas), puesto que prefabricar
significa abaratar mejorando la calidad; armazón prefabricado en construcción
de esqueleto independiente (piezas lineales en pilares vigas y forjados),
sustituyendo los inconvenientes de la ejecución artesanal del hormigón armado, aunque
aparece el problema de la unión; y por último, la arquitectura de hormigón
prefabricado tiene características con capacidad suficiente para encontrar sus
propias soluciones de las que resulten nuevos tipos arquitectónicos.
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